La necesidad de un control más flexible del alumbrado en edificios ha convertido a este protocolo en uno de los más usados para configurar espacios no-escénicos. La Iluminación y el alumbrado son esencialmente distintos, el primero tiene un aspecto artístico y decorativo, mientras que el segundo tiene una finalidad meramente funcional. No obstante, el desarrollo tecnológico, ha creado nuevas necesidades en los sistemas de alumbrado, ya que el crecimiento de las instalaciones solicita mantener un control completo capaz de ser integrado junto con otros sistemas.
Digital Adressable Lighting Interface, más conocido como DALI, fue diseñado inicialmente para la industria de la iluminación comercial, de modo que distintas empresas líderes en el mercado fueron dando forma a este protocolo persiguiendo las siguientes premisas: Un cableado simple y barato; control centralizado e individual de cada balastro; información del estado y configuración de la luminaria; capacidad de añadir sensores o cualquier otro dispositivo que complemente el funcionamiento de la instalación. En este último punto DALI aporta una de las características más relevantes, permite una configuración orientada a la “eficiencia energética”, integrando sensores y fotoceldas capaces de definir al sistema como “Eco-responsable”.
Para alguien que viene del mundo de la iluminación escénica le será fácil establecer un primer contacto con este protocolo, ya que son notables las semejanzas con el funcionamiento del DMX, cada circuito DALI es equivalente a una programación DMX, aunque permite una mayor libertad de conexión, ya que DALI no tiene polaridad y cuenta con una topología libre.
Este sistema se recomienda para edificios de oficinas ya que ofrece la posibilidad de “abrir y cerrar espacios” virtualmente, sincronizando, por ejemplo, una sala multifuncional con varias configuraciones de iluminación, dependiendo del uso que se desee.
Personalmente la mayor ventaja que he encontrado al trabajar con este protocolo, ha sido en la integración con otros sistemas de control, por ejemplo en el interior de un teatro se diferencia muy bien la iluminación escénica y el alumbrado, por un lado se tiene un control espectacular de la iluminación desde una consola respaldada por DMX, y por otro, el control del alumbrado de la sala o accesos de luminarias en un protocolo DALI. A pesar de que ambos sistemas permanecen separados, a veces es interesante tener la opción de integrarlos en un mismo control, teniendo en cuenta que la manera en la que trabajan ambos dispositivos (DMX y DALI) es estructuralmente diferente; mientras que el primero tiene una curva lineal de regulación, DALI trabaja con una curva no-lineal (exponencial) lo cual provoca que los Fade Out/In no respondan a la misma velocidad.
Actualmente existe en el mercado una gran variedad de conversores DMX-DALI, los cuales permiten configurar prioridades entre ambos protocolos, permitiendo en caso de ser balastros DALI, centralizar el control de las luminarias desde un control DMX; e incluso mediante otros interfaces poder controlar la luz de trabajo, e integrarla en algún sistema de seguridad que encienda las luces de acceso y evacuación en caso de algún incidente